Araba sin Garoña ha emitido una nota en la que muestra su alegría por la decisión del Consejo de Seguridad Nuclear de reclamar a Nuclenor que tramite ya el cierre de Garoña y ha subrayado que la clausura «de la vetusta central» sería «impensable sin el duro trabajo colectivo realizado durante años».
Esta iniciativa sostiene que el cierre de la planta nuclear próxima a Euskal Herria «se debe única y exclusivamente a la falta de medidas de seguridad con que está operando la central, que las pruebas de esfuerzo realizadas tras la catástrofe de Fukushima han puesto en evidencia».
«La necesidad de invertir 120 millones en seguridad no hace sino confirmar las denuncias que venimos realizando durante años», indica.
Araba sin Garoña muestra su «más honda preocupación» por las condiciones de seguridad con las que opera la planta burgalesa y «pretende seguir haciéndolo durante los próximos diez meses, por lo que reclama su cierre «inmediato en base a la peligrosidad que supone su funcionamiento por la negativa de sus propietarios a invertir en las mínimas medidas de seguridad necesarias».
Finalmente, agradece «el gran apoyo recibido en estos diez años de andadura por la sociedad alavesa«, a la que llama a «celebrar esta victoria de la movilización popular».
